Esta técnica, poco divulgada en estos momentos, debido a los escasos talleres que todavía la realizamos en su forma artesanal, fue muy utilizada en Cataluña durante el Modernismo. Los edificios, sobretodo en la zona del Eixample o del casc antic en Barcelona, muestran innumerables cristales muy elaborados en sus grabados y de los que hemos tenido que reponer algunos. El grabado de los cristales se hace manualmente, ya que son piezas únicas, bien sea por el diseño exclusivo, como por las diferentes medidas de los vidrios, ajustando al milímetro dichos diseños.
En los vidrios artísticos, el grabado al ácido ofrece una calidez, belleza y elegancia al cristal que, consideramos, no confieren otras técnicas. El soporte se convierte en un lienzo en el que se pueden plasmar dibujos clásicos y académicos o modernos y abstractos, pudiéndose adaptar a cualquier ambiente, gusto o deseo del cliente.